Toda mujer debe aprender a "leer" un plano de cocina
En Toda mujer debe aprender a "leer" un plano de cocina, como continuación de "Toda mujer debe aprender el funcionamiento de un frigorífico", exploro qué sucede al incorporar nuevas imágenes de un catálogo de hogar contemporáneo.
Al poner en diálogo estos dos catálogos me doy cuenta que las imágenes encajan de forma sorprendente. Los cuerpos se adaptan sin esfuerzo a los nuevos espacios: de las cocinas a las oficinas, pareciendo que se perpetúa la misma representación de la mujer a lo largo del tiempo. Cambian los espacios pero no la manera en cómo estamos representadas.